Tuesday, October 16, 2007

Post-París

Estoy desayunando austeramente y de pronto la cuchara de té se hunde en tu costado.
No es tu costado en realidad, ya lo quisiera,
es sólo un rizo de mantequilla amarillenta y algo rancia.
Cruzo la calle entre autos, peatones, bicicletas y bárbaros
y es tu figura plena y evidente la que me arrastra de uno a otro lado.
Ahora mismo, mientras escribo recordándote,
te reflejas en la superficie blanda de la pantalla plana,
apareces hecho sombra entre las manoseadas letras del teclado,
asomas tu nariz inquieta entre los signos,
las flechas,
los posts, los comentarios.
Después de devorar con tu boca de dibujo pequeño
todas las imágenes habitables de mi casa,
te diviertes saltando desde mi cocina hasta mi lecho,
desde mi desvelo a mis vigilias,
desde mis pesadillas angustiosas y parcas a mis largos sueños
dialogados y extraños.
Ahora mismo, cuando trato de exorcizar mis ganas,
cuando intento convertir mi vulgar calentura adolescente en un delicado juego de palabras,
saltas en paracaídas a mi cuello,
me haces zancadillas con tus piernas de fauno,
susurras a mi oído el chasquido de un beso,
lames mi reverso algo esquivo, y finalmente, harto de mi presencia pegajosa, dentada,
me pegas hecho sello en un sobre sin remite
con dirección al limbo de los enamorados.
photo : duane michals